miércoles, 16 de abril de 2008

El culebrón del Culebrillas

Vale, vale, vale, seré breve, pero es que no puedo resistirme a contar el último episodio. Y además juró que seré sincera y verdadera y no intentaré quedar bien ni empañar mis posibles culpas. Y si por ello paso de Nutria a Natrix... pues mejor :-D
Pues esto es que estoy yo haciendo mi entrenamiento a mi hora habitual, y llega la hora habitual del Culebrillas y asimismo procede a arrojarse al agua y agitarla cual poseído por el Maligno como suele. Yo a mi bolita. Lo diga Portsea. Descansito de 30", pues descansito; ahora serie en Ae Medio, hala, pues vamos allá. Aclararé que mi Ae Medio, que no es como de la hija de Francisco Garse, es de 1:47/100 m, pero es que la velocidad de crucero de Culebrillas es de 2:10/100 m.
Total, que llega ese momento en que le alcanzo, y como sé que no me va a dejar adelantarle, y la serie es en Ae Medio, y no en Anaeróbico, le doy un toquecillo en el pie para que acelere. Vaya, acelera un poco. Pero le dura unos 15 metros, así que otro toquecillo en el pie. Otro cambio de ritmo pero dura 10 metros.
Lo sé. Soy sádica. Me encanta tenerle puteado haciendo cambios de ritmo. Pero es el precio que hay que pagar si uno se empeña en no dejar adelantar a la nutria.
Pero claro, el tío llega un momento en que no da más de sí, así que le doy muchos toques seguidos, y el pavo nota que le estoy comiendo las pantorillas y patea con gran entusiasmo a ver si con la nariz rota depongo mi actitud. Al principio, la cosa me cabrea, pero a los pocos segundos digo "más te vas a llevar en Ferrol, querida Nutria" y me planteo el adelantamiento del pérfido. Until here we can arrive! piensa él, y hace el sprint de su vida... en vano, llego al extremo de la piscina sacándole medio cuerpo. Pero Culebrillas, inasequible al desaliento (eso hay que reconocérselo) no se pone detrás de mi, sino que hace su viraje y ¡atención! ¡EMPIEZA A INTENTAR AGARRARME LAS PIERNAS! ¡DE HECHO UNA VEZ LO CONSIGUE! ... y enseguida la suelta, claro, poneos en situación: ¿qué hace un ser humano que no sea Hanníbal Lecter con la pierna de una desconocida en la mano en mitad de una piscina? ¿Y si la desconocida le suelta dos hostias?
Realmente, tuve esa tentación, pero lo cierto es que me bastó pasar del Ae Medio al Intenso para dejarle atrás; y aunque los 12 metros de largo aprox. que me quedaban iban cabreada, tras el volteo en realidad iba meada de la risa. Además, en el resto de la serie le debí sacar casi un largo de ventaja. Por cierto, cuando paré, él pasó por mi lado, impertérrito (¿se escribe así?). Luego, mientras lo comentaba entre risas con el simpático socorrista, me dijo que una vez que le había tenido que llamar la atención por las quejas de algunos bañistas por su forma expansiva-agresiva de nadar, la respuesta del Culebrillas fue:

"Yo es que a la piscina vengo a quemar la agresividad que me genera el trabajo".

Y yo ahora podría poner muchas reflexiones, pero para eso casi sería mejor que las pusiera en el blog de la Culebra. Gracias por su atención, señores; no hay más preguntas, señor juez.

lunes, 14 de abril de 2008

Lesión


Llevaba ya un par de semanas con toda la musculatura circumpélvica (y si no se dice así no me importa) cargadísima, pese a que mi fisio hacía lo que podía para irla aflojando; hasta que una mañana, tras haber corrido el día anterior e ir notando como en frío me dolía bastante, me di cuenta de que había llegado el mazazo: la lesión.


Efectivamente, mi fisio, tras explorarme, aventuró una entesitis (inflamación de la inserción de los tendones) en la inserción del bíceps femoral (el más externo de los isquiotibiales) y el glúteo. Diagnóstico que fue corroborado por el traumatólogo. Sin embargo, este al explorar, no me hizo prácticamente daño, por lo que sugirió que empezara a trotar un poquillo el lunes siguiente (era jueves). Ni de coña. Saqué el sábado y el domingo la bici por sitios más o menos fáciles (dentro de lo que es la rampa de la Sierra de Guadarrama) y el lunes me dolía. Es más, dos días más tarde incluso me bajaba el dolor por la pata abajo.


Lo que me subleva de verdad no es el rediseño de la temporada. OK, pues haré ahora las competiciones (las que pueda hacer) contradiciendo la anterior entrada de este blog, simplemente para divertirme, sin aspirar a nada más; por muy mal que se de, imagino que podré hacer el clasificatorio de Vigo, al menos, para poder ir septiembre a Ferrol; si no puedo hacer Arroyomolinos ni la Casa de Campo, espero poder hacer al menos Tres Cantos. Todo esto me cabrea mucho, y especialmente no poder hacer el relevo del medio maratón en Lisboa y tener que ir a la Casa de Campo de pomponera. Pero no es lo que más me subleva.


Tampoco es lo que más me subleva que haya sido por burra, por llevar toda la temporada como intentando retarme a ver si era capaz de aguantar todo el entrenamiento de Pablo. Vamos a ver, yo genéticamente no creo que tenga cuerpo para hacer deporte a este nivel. Ojo, que como hembra de homínido valgo mucho, que soy bastante resistente y tengo un metabolismo muy agradecido, y unas caderas que debía haber parido seis o siete cachorros. Pero se que si tenso un poco de más la cuerda, la cago, y que más me vale quedarme con complejo de vaga.


Lo que de verdad me está sublevando es ver estos días de primavera... y yo sin poder trotar por las dehesas.


jueves, 3 de abril de 2008

¡Competitividad!

De verdad, queridos lectores si queda alguno, que esto es una desgracia. Esto de la competitividad y lo que le rodea. Me refiero a la competitividad en el deporte, y desde el primer momento quiero dejar bien clarito que pienso que es BUENA. Hala. Y de hecho, ¡oh, miseria!, yo soy una tía competitiva...
Mis congéneres al parecer no lo son. Bueno, se conoce que sólo puedes ser competitiva si eres muy buena. He tenido la ocasión de cruzar unas palabritas con Ana Burgos, Ana Casares, Lara del Valle, Chose, y a nivel no internacional, con mis amigas Ishtar y Piluca, y ellas sí son competitivas. A todas ellas les unen dos circunstancias: son de corta distancia y son muy buenas. Y son competitivas y lo dicen como tiene que ser, con toda su naturalidad.
Pero resulta que todo el resto del género femenino con el que me relaciono no es tan competitivo. En el caso de muchas, militan en la media o larga distancia... y ahí lo cierto es que entiendo que lo principal es competir contra ti mismo. Pero bueno, tampoco pasaría nada si además quisieran pillar podio. Yo, que suelo pillarlo por el famoso Método Nutria (sé la única de tu categoría y siempre subirás a lo más alto :-D ), os digo que da cosquillitas en la barriga.
Las que militamos en corta distancia y somos normalitas o incluso mediocritas (esto va por mi, que nadie se me mosquee) al parecer tenemos que tener mucha dignidad y miedo al ridículo, hala, y sólo vamos a las competiciones a acabar y a pasárnoslo bien, y por supuesto, vamos a ser las últimas - no, yo - que va, para eso ya estoy yo - etc. Mientras tanto, TriKremitas es un chico de Asturias que se da cera en el foro con todos sus amigos aguaverdianos, que te voy a dar pal pelo, que te voy a arrancar las pegatinas, y tal, todo ello de mucha risión y hay un ambiente súper bueno. Pues como mencione yo aquí que mi objetivo de este año en la Casa de Campo es pasarme por la piedra a mis comadres y amigas Pilu, Txapel y Mae, a lo mejor me tira alguien piedras, y a lo mejor tengo que comérmelo y se me pulen ellas, mira por donde. Pero bueno, eso no estaría reñido con que yo me dejara las manos aplaudiéndolas si ellas están en lo alto del podio y yo estoy abajo; que perder es una cosa muy saludable en la vida... para aprender a ganar.
Y termino este post con la bonita parábola de la Copa del Rey. Resulta que Ishtar es una tía muy competitiva, y a la Copa del Rey 2007 fuimos cinco chicas, pero sólo puntúan cuatro, con lo que lo suyo para llevarnos más puntos hubiera sido dejar atrás a la Nutria y su trote cochinero. Pues a Ishtar se le puso en sus santos ovarios, en el más puro espíritu aguaverdiano (en estos días que tanto estamos hablando de ello) que entrábamos todas. Y me empujó los cinco kilómetros por los riñones y entramos todas. Y todavía en el Club se comenta la jeta de zombi con la que entré... y eso que era inmensamente feliz. Desde aquí un abrazazo de osa para mi Esther.