viernes, 23 de mayo de 2008

El paréntesis

Hoy he visto un jilguero. Se me había olvidado que en Madrid hay algo más que gorriones. Era una hembra, y estaba en la mediana de la Avenida de Arcentales. Yo la veía metida en un cierto atasco; por el sentido contrario, pasaba en cambio el tráfico a bastante velocidad. Incluso pasó una ambulancia con la sirena puesta. Pero la jilguera no se alarmó. Siguió allí, en el apenas metro escaso de mediana, tranquila pero atenta, picoteando qué se yo. Mientras, el tráfico rugía por un lado y bramaba sordamente por el otro. Y verla allí, dando sus saltitos, ella a lo suyo, no se por qué me resulto reconfortante.

jueves, 8 de mayo de 2008

Ni competitividad ni Cristo que la fundó

Hala. Yo creo que es que me ha castigado Dios, o algo así. Por decir que quería ganar a mis amiguitas. Pues ahora daría lo que fuera simplemente por poder quedar por detrás de todas ellas. Y es que esta entesitis puede ser simplemente el final de mi temporada. Me han dicho que puede ser más rebelde que una tendinitis; y la del tendón de aquiles la estuve arrastrando tres meses, y luego se me quitó de resultas de otros dos adicionales que estuve soldando la cabeza del radio (por estrenar pedales automáticos) y recuperándome de una salmonelosis, por lo que los pasé prácticamente sin hacer ningún ejercicio.

Así que a partir de ahora, entrenaré lo justo para acabar las pruebas y viviré humildemente hasta el fin de mis días. No se si al final me pasaré a la media distancia o no, ya veré si el físico me aguanta; pero en cualquier caso, tendré un día a la semana de descanso total, que aprovecharé para masaje, spa, sauna o lo que sea, y seguramente lo haga a costa de la natación. Además, no haré el tonto como esta vez, que notaba muchas molestias y seguía entrenando. No, pararé e iré al fisio. Esta vez he sido tan gili que si el tiempo sólo daba o para entrenar o para ir al fisio, me iba a entrenar. Pero qué burra.

Pero para eso, virgencita, virgencita, me tengo que curar. Me dijo Pablo que hiciera la natación del grupo superior al mío, ya que es lo único que puedo hacer, nadar; pero incluso esa natación tan cañera puede que me resienta un poco la inserción del tendón, o que me cargue un poco la musculatura implicada, y seguramente siga haciendo la de mi grupo. Ya veré.

En fin, espero que ir a animar a las competiciones por lo menos no me deprima... más aún.