martes, 11 de septiembre de 2007

El tráfico y yo

Precisamente para disponer de tiempo para entrenar, fue por lo que empecé a bajar a trabajar en coche. Realmente, eso no me hace sentir bien. Otro día hablaré de mi postura frente al calentamiento global, etc., y me justificaré (si puedo, que lo dudo) por el desatino.

Y desde luego, no me hace sentir bien por la cantidad de bilis genero. Todos los españoles (y probablemente también todos los extranjeros) nos creemos que conducimos como Dios y en cambio el prójimo conduce de puta pena. Pues habría que hacer como a veces se hace en natación; que nos filmaran conduciendo un buen trecho: ciudad, autopista y un puertecito de montaña.

Yo además tengo delito. No, no, NO voy muy rápido, señores de la DGT, no siempre la cosa está en la velocidad. Muy rara vez paso de los 130 (km/hora, por cierto, no m/s como sería teóricamente lo legal :-D ); y sin embargo tengo una conducción tirando a rápida... y con frecuencia violenta. Y es que el ser humano medio, señores, cuando se pone detrás de un volante se convierte en un ser anormal.

En las "vías de gran capacidad" (uséase, autopistas de tres y cuatro carriles), existe un desmedido horror al de la derecha... que yo no profeso (¡bien!), así que lo aprovecho para adelantar a los que en ese momento circulan por los del centro (mal) mientras en mi fuero interno les tildo de gusarapos y sinsorgos y les desprecio (también mal).

Y hay una cosa que realmente a saca a la luz lo peor de mi (y como estáis leyendo, va siendo ya bastante mala la cosa): las salidas de una vía rápida para incorporarse a otra, por ejemplo, salida de vía de circunvalación (M-40, SE-30, Ronda litoral) para incorporarse a nacional radial (A-4, N-II, A-5). Con frecuencia se organiza una cola para coger el carril de deceleración, que puede llegar a ser muuuy larga. Así que no falta el listillo que se incorpora en los últimos metros, haciendo frenar o molestando a los que vienen detrás y tan paciente y solidariamente han esperado su turno. Eso, por mi santo patrón que me convierte en psicópata asesina. Les mataría de mil maneras. Así que, en las susodichas colas, que yo espero pacientemente (¡bien!) todo mi empeño es no dejar el mínimo resquicio por el que se cuelen los chulitos, aunque eso suponga pasarme por el forro la distancia de seguridad (mal).

Veo que me va quedando larga esta entrada, y es tarde y yo madrugo mucho (precisamente para no pillar mucho tráfico, jeje - y para tener tiempo de entrenar, eh), y como este tema me da para echar otros mil breves espumarajos, creo que lo retomaré otro día... Continuará.

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